
16 Nov Usar el teléfono
Desde hace unos años la inmensa mayoría de los profesionales ha visto cómo ha surgido un elemento nuevo en su vida que se ha convertido en su gran compañero de viaje y del cual le es muy difícil separarse: el teléfono móvil. Y es que desde que el teléfono se puede llevar a todas partes (aún recuerdo cuando sólo existía el fijo…) se ha convertido en nuestros más fieles amigos y si no me crees, piensa cuantas horas al día pasas junto a él. Vamos, ya quisieran nuestr@s novi@s, maridos, mujeres o hijos que pasáramos la mitad de tiempo con ellos que con nuestro querido smartphone…
Esta excesiva phonedependencia está incidiendo directamente en nuestra capacidad productiva y generalmente, para mal. Si no tenemos suficiente con la avalancha de mails, reuniones e interrupciones diarias, el teléfono incrementa mucho enteros nuestros niveles de estrés y nos genera comportamientos sub realistas… ¿quién no ha vuelto a casa corriendo alguna vez cuando te has dado cuenta de que no habías cogido el teléfono? ¿o quien no se ha estresado cuando ha visto que el porcentaje de carga de la batería iba bajando gradualmente hasta quedarse a cero?¿o quién no ha mirado alarmado el teléfono cuando se ha dado cuenta de que lo tenía en silencio sin darse cuenta? Estos y otros comportamientos parecidos demuestran que hemos llegado a una situación que en muchas ocasiones se vuelve insostenible y que lejos de aportarnos eficiencia, nos la resta. Por eso, hacer un buen uso del teléfono es algo que todo buen profesional debería aprender a hacer. Aquí te presento algunas reflexiones para sobrevivir al maldito cacharro:
– No permitas que te interrumpa: Una de las claves de la eficiencia es estar concentrado en lo que estás haciendo y si el teléfono no para de sonar va a ser muy difícil que te mantengas en la zona (ese estado cerebral en el que las neuronas están perfectamente conectadas y somos capaces de trabajar 100% concentrados). Por eso, debes tener determinados bloques de tiempo en los que no permitas que el teléfono te interrumpa. Para ello, lo mejor en esos momentos de concentración es ponerlo en silencio y meterlo en un cajón para evitar la tentación de estar pendiente de él. Créeme, no pasa nada por hacerlo: no salen granos, no engorda ni produce diarrea. Si no eres capaz de separarte de él y no puedes evitar tenerlo cerca, al menos ponlo en silencio y dale la vuelta para que no veas que se ilumina cuando te entre un mensaje, whatsapp o una notificación.
– Elimina las notificaciones del móvil: A día de hoy la mayoría de las aplicaciones de nuestros queridos smartphones se caracterizan por enviarnos notificaciones cada vez que lo consideran oportuno, ya sea para decirte que te ha llegado un whatsapp, un email o una solicitud de amistad de Facebook. Eso, por lo contar las que te dicen que llevas mucho tiempo sin utilizarlas y que te echan de menos o que el tráfico en estos momento está despejado. ¿De verdad necesitas saber todo eso cada vez que te llegan? ¿porqué tienes que enterarte de que Manolito Pérez quiere conectar contigo cuando LinkedIn lo decide? En tu móvil mandas tú, así que elimina esas notificaciones y decide tú en que momento vas a bichear las aplicaciones que te interesen. De no hacerlo vas a estar sometido a un bombardeo constante que no te va a dejar estar a lo que tienes que estar…
– Sé breve en tus conversaciones de teléfono: Si eres una persona que trabaja mucho usando el teléfono no te puedes permitir el lujo de tener laaaaargas conversaciones, así que sé breve, ve al grano y termina rápido. La tentación a la hora de ponerte a socializar o charlar por teléfono es grande pero piensa que puede convertirse en uno de tus grandes agujeros de productividad. Pero no confundas ser breve con ser borde. La educación, el «por favor» y “gracias” no pueden dejar de estar presentes y entre otras cosas, tu interlocutor te lo agradecerá.
– Utiliza bien los atajos de tu móvil. Seguramente, hay un apartado de “números favoritos” o “números frecuentes” así que ¿porque no usarlo con cabeza? Identifica cuales son esos números de teléfono que más utilizas e inclúyelos en esas listas, de manera que cada vez que quieras usarlos puedas acceder a ellos rápidamente. Sé que esto es de cajón, pero he visto a mucha gente volviéndose loca buscando una persona entre sus contactos cada dos por tres…
Al final, como siempre, la clave es utilizar un poco el sentido común, pero desgraciadamente, muchas veces es el menos común de los sentidos…
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