sabado por la noche
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4 Cierres ganadores para terminar tus presentaciones

Sábado por la noche. Después de una agotadora semana de trabajo, decides irte con unos amigos a cenar aun nuevo restaurante que te han comentado. Nada mas llegar, te sorprende la amabilidad de la persona que os recibe a la entrada, con un trato educado, pero también cercano. Con un gesto rápido, llama la atención de uno de los camareros que gentilmente os acompaña a vuestra mesa, os ofrece la carta y os desea una buena cena.

 

Tras este fantástico comienzo de cena, los platos que habéis pedido rozan lo sublime, atractivos, bien presentados y lo mas importante, deliciosos. El vino con el que acompañáis la cena, y que fue recomendado por vuestro amable camarero, casa perfectamente con lo que coméis, así que estáis todos encantados.

 

Llega el postre. Eres una persona golosa así que estás deseando cerrar esta memorable velada desde el punto de vista culinario con algo realmente bueno. Y entonces ocurre. Tu postre es una porquería. No tiene buen sabor, la presentación es un desastre y para colmo, por el minúsculo trocito que ocupa tu plato vas a pagar 8 euros “¡No puede ser!”- piensas – “qué manera de estropear una cena maravillosa, que fin de fiesta tan decepcionante.!”

 

Te invito ahora a que vuelvas a leer los tres primeros párrafos pero que en lugar de un restaurante, traslades todo esto a una de tus presentaciones. Empiezas con una apertura tan buena como alguna de las que te conté en este post hace unos días. Con ese inicio te has ganado el derecho a ser realmente escuchado. El desarrollo de tu exposición está siendo brillante (ya hablaremos de cómo hacerlo en otro post más adelante) pero cuando llega el momento de terminar, de cerrar, de hacer que tu audiencia rompa a aplaudir, les echas un jarro de agua fría por encima y terminas con un triste “bueno ya está” o “esto es todo”…

 

Poca gente es consciente de lo importantísimo que es generar un buen sabor de boca al finalizar la presentación. Un mal cierre puede hacer que eches por tierra todo el buen trabajo que hiciste en la apertura y en el desarrollo de tu exposición. En cambio, una presentación mediocre pero con un cierre brillante, te hace irte a casa con una sonrisa… ¿Injusto verdad?

 

Así pues, si quieres triunfar con el cierre de tus presentaciones te invito a que pruebes alguna de estas opciones:

 

  • Volver al inicio: Es decir, enganchar el final de tu presentación con la idea con la que iniciaste, esa idea que utilizaste de apertura. Para tu audiencia, la sensación será que han escuchado algo coherente, redondo y estructurado. Personalmente es una técnica que me gusta mucho y que suelo utilizar bastante en mis charlas motivacionales.
  • Llamada a la acción: Si estás hablando a otras personas es porque estás tratando de que cambien algo, de que se comporten de otra manera o porque quieres despertar su interés sobre determinada materia. No te quedes solo ahí y para terminar invítales a que hagan algo después de escucharte. Motívales, empújales o rétales, pero que no se queden solo con lo que han oído!
  • Invitación a la reflexión: Puedes finalizar tu presentación con una frase motivadora o inspiradora que haga que tu audiencia se vaya a su casa pensando en lo que has dicho, reflexionando sobre el contenido de tus últimas palabras. Ojo, te cuidado si usas una frase porque tiene que ser profunda y estar muy ligada a lo que has hablado. De otra manera, perderás el efecto que buscas.
  • Recapitular: Viene muy bien en aquellas presentaciones en las que quieres terminar repasando y fijando en la mente de tu audiencia tus ideas principales. Yo utilizo esta técnica muchas veces cuando termino mis cursos, y realmente, funciona!

 

Como ves, una buena presentación se parece mucho a una buena cena, asi que cuida todos los detalles y no dejes a tus comensales con un sabor agridulce. Bon apetit!

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