
23 Oct Cómo implantar un hábito (especial Café & Productividad)
El pasado sábado tuve la suerte de asistir por primera vez a una reunión llamada «Café y Productividad», organizado por Jeroen Saengers y Daniel Aguayo, en la que un grupo de “frikis” (dicho con todo el respeto y orgullo) se reúnen para charlar. Para mí era una ocasión especial ya que por fin iba poder desvirtualizar a algunas de las personas cuyos blogs sigo desde hace tiempo, y la verdad, me apetecía mucho.
Asistimos un total de 10 personas (José Miguel Bolivar, Paz Garde, Quique Gonzalo, Rafael Valero, Vanesa Tejada, Pablo Moura y Adriana Gallegos, además de los ya mencionados Jeroen y Dani.). Algunos de nosotros nos dedicamos a mundo de la formación y otros, “simplemente” son grandes profesionales que practican y divulgan esto de los hábitos, sistemas y técnicas de productividad.
En lugar de celebración no pudo estar mejor elegido ya que tuvimos la posibilidad de utilizar las instalaciones de Liferay, un lugar estupendo para una sesión como la que tuvimos. La metodología de la reunión también me pareció de lo más simple, pero también de lo más interesante. Al comenzar, y tras una breve presentación – introducción por parejas, cada uno de nosotros escribió en papel uno o dos temas que le gustaría tratar. Después los leímos, votamos los que nos parecían más interesantes, y a partir de ahí, a charlar. ¡Más sencillo no puede ser! Sin agenda, sin tiempos, ni estructura, simplemente charlar.
Lo cierto es que estuvimos más de tres horas y si bien todos los temas fueron muy interesantes, en este post quiero comentar uno que a mí me preocupa especialmente: ¿Cómo conseguir implementar hábitos?
Seguramente alguna vez te ha pasado que alguien te cuenta algo o lo lees por ahí o incluso te lo explican durante un curso de formación y te parece súper interesante. Y te mueve algo dentro, te entra un enchufón de energía y dices “me voy a poner a hacer esto a muerte”. Y lo haces… durante una semana. Pasados esos días, bajas un poco el pistón y en el mejor de los casos, al mes de haber empezado aún recuerdas tu propósito, aunque ya no lo practiques.
La verdad es que en la mayoría de nuestros proyectos medimos el antes y el después de las formaciones para conocer en qué medida se han llegado implantar los hábitos y sistemas que proponemos. Y solemos tener muy buenos resultados, pero aun así siempre hay un grupo de personas que a pesar de considerar la formación muy buena y de opinar que las herramientas que les aportamos le facilitarían la vida, solamente lo hacen durante un perítodo de tiempo y luego lo dejan.
¿Qué puedes hacer para que eso no nos ocurra? ¿Qué elementos influyen para facilitarnos ser realmente constantes y crear ese hábito? Tras mucho conversar, todos los que estuvimos coincidimos en que si quieres implantar un nuevo hábito, tienes que tener en cuenta lo siguiente:
En primer lugar, tienes que ser muy consciente de que cambiar de hábitos cuesta, no es un camino de rosas, sino todo lo contario. Tienes que asumir que tendrás fallos, que cometerás errores, y te equivocarás, pero no pasa nada porque siempre podrás levantarte y volver al camino adecuado. Desgraciadamente, esto de los hábitos de productividad no dispone de una pastilla mágica que te haga cambiar radicalmente tus comportamientos negativos por unos buenos. Y eso te va a exigir salir de tu zona de confort, como decía Stephen Covey en su libro Los siete hábitos de la gente altamente efectiva.
En segundo lugar, para que puedas implantar un hábito, tienes que tener claro los beneficios que te va a aportar ese nuevo hábito. Es decir, no basta con tener una ligera idea, o decir cosas como “yo creo que si lo implanto…”. No, tienes que tener cristalino qué te va a generar, en qué te va a beneficiar, qué vas a ganar con ello. En definitiva, tienes que tener una motivación real por ello, y para tenerla necesitas saber qué vas a ganar. Vanesa dijo una frase (que cree que es de Paz Garde) que me gustó mucho: “Cuando la motivación decae, empieza la fuerza de voluntad”. No se puede ser más claro.
En tercer lugar, coincidimos en que, para implantar un hábito, y especialmente si te lo cuentan desde una formación, es necesario que tú quieras implantarlo / aprenderlo voluntariamente, y no porque lo diga tu jefe o el departamento de RRHH de turno. En este sentido, es una pena ver cómo algunos departamentos de RRHH imponen a los empleados a hacer algunos programas de formación, simplemente por cubrir el expediente. Si a través de una formación pretendemso ayudar a implantar nuevos hábitos o comportamientos, esa formación debe ser realmente motivante y para ello no puede ser una imposición. Si tú no quieres aprender algo, es muy complicado que alguien te lo puede enseñar. Por tanto, para implantar un nuevo hábito pregúntate ¿de verdad quiero hacerlo o me están obligando a ello? El ratio de implantación variará de manera espectacular en función de si la respuesta que des a esa pregunta.
En cuarto lugar, tienes que tener en cuenta que los hábitos, herramientas o metodologías que te cuenten en una formación son tan solo la primera piedra. No puedes pretender que se implanten solos, sino que tú eres el responsable final de conseguirlo. En este sentido, si realmente estás comprometido con ese hábito o con aprender una temática, lo trabajarás, buscarás información sobre ello, y sobre todo, probarás y probarás y probarás.
Ahora te toca preguntarte ¿de verdad tengo estar 4 cosas claras a la hora de decidir implantar un nuevo hábito?
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